Mientras cuidaba y observaba las semillas, y esperaba que la tierra diera sus frutos, su necesidad de alimentarse disminuyo cada vez mas. El hambre era una sensacion que ya no tenia y apenas recordaba, si comía aquello que encontraba, era porque todavía no había dejado de creer que los cuerpos que no comen mueren. Le era indiferente lo que comía. No sabia a nada, o sabia a polvo.
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1 comentario:
bien, peter...
ya hablaremos de ese estado de la conciencia que nutre al cuerpo
y de la sed...
abrazo
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