martes, 27 de mayo de 2008

Intelectoreflejo

El lugar cuasidesierto
un reflejo inesperado del espíritu
tristemente desolado.
El espejo del baño me advierte
de esta cruel alegoría del destino
y veo mi magra imagen
apenas mejorada por el brillo del cristal mudo.
Hurgo en los irreales pliegues
de ese mágico liquido petrificado
y encuentro al otro
que aun
me es ajeno
hasta en el escalofrío
de la igualdad aparente.
El pensamiento
va allá
y vuelve a este lado
-¿soy yo? o ¿es el?-
he imperceptiblemente
retorna a enraizarse
en la región inmaterial
de la memoria.
Eso
una habitación sola
rodeando a un hombre vació
que piensa.

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