domingo, 17 de febrero de 2008

Minuscritos II

Lo que odio de la urbanidad posmoderna
es que todo
esta despersonalizado
ligado a millones de terminales
anonimas
e interrelacionadas
entre si.
La identidad urbana
es efimera
eternamente sujeta a los vaivenes
generados por la presion social.
Sociedad autolegitimandose
autolimitandose
sociedad evolucionando
a medida que toma conciencia
de si misma.
Sitios vacios
regularmente estructurados.
Aun asi no puedo dejar de ser optimista
la absurda nimiedad que constituye mi ser
cree que merece vivir
como cualquier otra miserable criatura
que habita este mundo.
Amo a la maldita Naturaleza.
Detesto deliberadamente a la especie humana
incluso a los pseudopoliticoides
de la ecologia global.
A eso se reduce
toda la romantica utopia new age
de la posmodernidad
encontrar
en el centro
de nuestro karma
el saber autoconciente
de que somos unos gusanos
-abandonados en una inmensa soledad
infinitamente superpoblada-
con derecho a respirar de la manera mas caprichosa y placentera
que nos sea posible.
Si
Que tal?
Lindo ¿no?
No tiene orden.
No tiene explicacion.
Es caotico
se expande;
pero sin embargo
nunca explota.
Disfrutemos
que el aire se acaba
o encarece
que es lo mismo.

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